Las manzanas son mis favoritas, solitas, con miguelito, con caramelo o en postres. Muchas veces he contestado a “si tuvieras que comer una cosa todos los días por el resto de tu vida…” con “¡Manzanas!” Claro que después pienso y hay muchas otras cosas que estaría padre comer tooodos los días para siempre… En fin. Por lo pronto, muy otoñal, una tarta de manzana caramelizada: Tarte Tatin. Originalmente de las hermanas Tatin, quienes un día metieron un pie volteado al horno, y lo tuvieron que servir… el resultado fue perfecto. Y muy fácil de hacer, también.
Empieza con manzanas, 5-6, peladas y en cuartos.
En un molde resistente al fuego/horno, derrite la mantequilla con el azúcar, en la estufa.
Minutos después, agrega las manzanas, carameliza ligeramente (unos 8 minutos).
Agrega una vaina de vainilla.
Después de algunos minutos (otros 5), retira del fuego y con mucho cuidado (o deja enfriar ligeramente), acomoda las manzanas lo más uniforme posible en una sola capa…
Corta un pedazo de pasta de hojaldre y estira con un rodillo para cubrir las manzanas. Corta los excesos y haz que las orillas envuelvan las manzanas como un centímetro.
Pica con un tenedor… Hornea hasta que la pasta esté ligeramente dorada. Deja entibiar y desmolda (si se enfría va a ser muy complicado desmoldar por el caramelo.)
Como de costumbre, hice una versión mini y así quedó.
La versión grande, deliciosa.
Tarte Tatin