Esta receta es una versión super sana de algo que suena a pecado, sabe y se ve como helado, pero no tiene ni grasa ni azúcar añadida. Practicamente es sólo plátano molido y no lo vas a creer, la consistencia es como de un helado de verdad, pero completamente en sintonía con los esfuerzos primaverales para estar en forma y lista para el bikini.
Congela un par de plátanos maduros, en rebanadas. Cuando estén completamente congelados, muele en el procesador de alimentos, agrega un chorrito de tu leche favorita, vainilla y un poco de canela.
Pasa a un refractario y congela para que endurezca un poco más.
Después, sirve como si fuera cualquier otro helado.
